domingo, 26 de julio de 2015

Los robots dejarán sin empleo a millones de trabajadores cualificados en cinco años

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El fabricante Foxconn proyecta un gran plan para automatizar el 80% de toda su actividad laboral

Foxconn es el mayor fabricante del mundo.

De sus factorías salen los iPhone, las Playstation, los Kindle, etc.

Su millón y medio de trabajadores se sienten amenazados por el plan que maneja la compañía: en un plazo de tiempo no muy lejano, el 80 por ciento de esa mano de obra será sustituida por robots.

El primer ejecutivo de la firma, Terry Gou, está liderando un plan multimillonario para automatizar la actividad con el fin de "resolver la escasez de mano de obra cualificada", ha dicho. Incluso ha adelantado que de aquí a cinco años usará robots para fabricar a otros robots.

Si usted no forma parte del millón y medio de trabajadores de Foxconn igual no tiene por qué preocuparse.

O quizá sí. De hecho, si a esta empresa le compensa adquirir y programar robots para sustituir a las personas en un país como China, donde la mano de obra es mucho más barata que en Occidente, ¿qué podemos esperar de lo que sucederá en Europa?

"Llevamos 40 años oyendo lo mismo sobre la llegada de los robots a las casas y a las empresas", reconoce el director del Museo de los Robots de Madrid, Pablo Medrano.

"Sin embargo, es cierto que vivimos un momento idóneo para su popularización y esa realidad está cada vez más cerca al abaratarse de forma sustancial los costes de estas máquinas.

Esa realidad también se acerca por gracias al código abierto y a que se compartan desarrollos nos acercamos a esa realidad. Digamos que ahora confluye todo lo necesario para conseguir esa convivencia con los autómatas".

Así lo asegura este desarrollador, experto y fanático de los robots, también propietario de la mayor colección de estos seres en nuestro país.

En mayor o menor peligro

Un equipo de investigación de la Universidad de Oxford ha estudiado un total de 702 empleos y los ha clasificado según sean más o menos susceptibles de ser realizados por máquinas.

Cada uno de esos trabajos recibe un porcentaje: cuanto mayor es ese dato, más probabilidades existen de que se vea afectado por esa próxima revolución. Según vemos, los médicos serían los que estarían más a salvo.

En cambio, otros oficios con funciones bien compartimentadas y que no requieren de demasiada cualificación estarían más que en la cuerda floja.

Según este estudio de la Universidad de Oxford, los camareros tendrían un 96,3 por ciento de papeletas para ser sustituidos, aunque la palma se la llevan los operarios de fábrica, con un 98 por ciento. Tampoco salen bien parados los bibliotecarios (64 por ciento).

Para el technology evangelist Javier Sirvent, "estamos en una cuarta revolución industrial".

"Cuando llegaron la primera y la segunda, se pensó que las máquinas iban a sustituir al hombre.

Después se comprobó cómo, simplemente, surgieron otras ocupaciones.

De hecho, en estos momentos, por cada empleo tradicional que se destruye se crean otros 2,6 nuevos relacionados con entornos digitales", asegura.

"Desde luego que ya hay empresas, como Foxconn, que están planificando la forma de sustituir trabajadores por máquinas y con presupuestos salvajes.

El futuro va a cambiar. Algunos sindicatos son conscientes de que hay asalariados que van a dejar de existir. También los Gobiernos están empezando a tener conciencia de esta nueva situación y están buscando nuevas reglas", añade Sirvent.

En este sentido, el CEO de Juguetrónica, Daniel Bayón, tienda especializada en robots, considera que también "se va a generar muchísimo empleo fabricando estas máquinas, desarrollando nuevas aplicaciones para ellos y también en otros sectores".

Y avisa de que con el tiempo, se podrán descargar esas aplicaciones para ir mejorando el robot desde una tienda online, como si fuera un smartphone.

La creatividad no es replicable

A priori, los profesionales que más difícil tienen ser replicados por robots serían aquellos que llevan a cabo una actividad creativa.

Roger Penrose ya dejó claro en su libro de 1989 La nueva mente del emperador que la creatividad del ser humano no es de naturaleza algorítmica y que, por lo tanto, no se puede replicar.

En esa línea camina la paradoja de Moravec, según la cual la inteligencia artificial y la robótica necesitan de poca computación para resolver complejísimas operaciones, pero en cambio son incapaces de llevar a cabo sencillas tareas manuales y habilidades sensoriales y motoras que el hombre realiza de forma casi espontánea.

Pero tampoco es cuestión de dormirse en los laureles, pues ya hay programas capaces de escribir poesía, incluso libros, de componer imágenes y hasta de tocar el violín.

Sergio Rozas, diseñador y montador de la película Autómata, recuerda en este sentido el experimento del director de cine Lars von Trier con cámaras robotizadas, que "daba como resultado un trabajo frío, incapaz de conectar emocionalmente con el público".

Precisamente Autómata, protagonizada y producida por Antonio Banderas, está ambientada en el año 2045.

No es casualidad esa fecha, porque justo si seguimos la ley de Moore -según la cual cada 18 meses se duplica la capacidad de los procesadores y se reduce a la mitad el espacio que ocupan- en ese año la inteligencia artificial superaría la suma de todos los cerebros humanos.

Como apunta Javier Sirvent, "la ley de Moore se ha cumplido durante 60 años por lo que no hay motivos para pensar que vaya a frenar su progresión".

Para Javier Sirvent, lo más inmediato en lo que vamos a notar el cambio va a ser en el campo de la conducción autónoma. "En 10 años, los vehículos serán mucho más inteligentes y además nadie se va a resistir a que un coche provoque menos accidentes, a que consuma mucho menos...

Una marca alemana ya permite que le digas al coche que quieres parar a tomar algo y no solo detectará qué estación de servicio con cafetería es la próxima, sino que te llevará hasta ella mientras lees el periódico.

Carlos Bueno
economiahoy.mx


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